Desde el Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual (ALEAS) de Izquierda Unida, hoy, Día de la Visibilidad Lésbica, queremos decir alto y claro que la lucha sigue; es más, que queda muchísimo por hacer pues a día de hoy las lesbianas aún no somos iguales en cuanto a derechos y libertades que las demás personas, y por ello, no vamos a parar hasta conseguirlos.
La lesbofobia se funde con el machismo de la sociedad y es por ello que tenemos que seguir recordando que las lesbianas soportamos múltiple discriminación por ser mujeres y por ser lesbianas.
La feminización de la pobreza está a la orden del día, y más ahora con un sistema capitalista hundido en su crisis sistémica que encuentra en las lesbianas un colectivo perfecto para reflotarse. Muestra de ese abuso es la brecha salarial de un 27% existente entre mujeres y hombres; con el 83% de los contratos a tiempo parcial para las mujeres y, además, asociados a empleos de baja cualificación, salario y cotización a la Seguridad Social; con un paro femenino de más del 20% y siendo mayoría entre los desempleados de larga duración; con la reforma laboral y la reforma de las pensiones que se cebarán de forma escandalosa con las mujeres; con el recorte en gasto social y en subvenciones públicas a asociaciones partícipes de diversos movimientos sociales…
¿Cómo vamos a ser visibles si no se acaba antes con esa institución que relega a las mujeres a una ciudadanía de segunda? ¿Cómo nos vamos a integrar en la sociedad si aún hemos hecho entender que las mujeres no tienen que ir siempre referidas a la figura de un hombre? ¿Cómo tendremos igualdad si no hay medios con los que reivindicarla? Los discursos por la visibilidad lésbica que no critiquen duramente el binomio retroalimentado y discriminatorio patriarcado-capitalismo, y que no vean como inexcusablemente necesaria su desaparición para la consecución de la igualdad real y efectiva, nos parecen vacíos, no nos sirven.
La ignorancia es una de las peores formas de discriminación, y por ello desde Izquierda Unida reivindicamos la visibilidad de las lesbianas como mujeres con plenos derechos.
No queremos que se nos tolere, queremos respeto y completa igualdad. Estamos hartas de la inexistencia de protocolos médicos y ginecológicos consecuentes con la diversidad sexual. Estamos hartas de que la sociedad disfrace nuestras relaciones como mera amistad. Estamos hartas de no poder tener al alcance medios que nos faciliten un sexo seguro. Estamos hartas de que cuando decidamos ser visibles, seamos el blanco del acoso en centros de estudio, trabajo, pueblos. Estamos hartas de que se mercantilice nuestra lucha y nuestros derechos, y aún más hartas de que partidos políticos y asociaciones se dediquen a enarbolar la bandera LGBTI cuando no hacen más que maquillar la discriminación.
Queremos recordar que tampoco es cierto que se haya conseguido la igualdad legal, pues reducirla a la posibilidad de contraer matrimonio es cuánto menos hipócrita. Un ejemplo de ello es la alegal situación en la que se encuentran muchas lesbianas que quieren tener hijas o hijos mediante la donación dirigida de óvulos fecundados procedentes de su pareja, y que nos supone la indefensión ante el arbitrio en la interpretación de la ley de Reproducción Asistida por parte de las clínicas. Es exactamente la misma situación que se da a la hora de inscribir a una hija o hijo de una pareja de lesbianas cuando no están casadas, y que no presenta problemas cuando se trata de una pareja heterosexual.
Por todo lo anterior, desde ALEAS-IU entendemos que todavía queda mucho camino por recorrer, y que la lucha debe ser convergente con las de otros movimientos sociales que nos darán la fuerza suficiente para alcanzar una salida social a la crisis y para que hoy 26 de abril se escuche en todo el territorio español que reivindicamos en este día la visibilización de nuestra sexualidad, de nosotras mismas y de nuestros plenos derechos.
¡No más leyes invisibilizadoras y reformas que nos perjudican! ¡No más recortes sociales! Porque somos lesbianas, personas de carne y hueso, y amamos, y trabajamos, estudiamos, y tenemos familia, y sexo… Y luchamos. ¡Basta de ser invisibles!
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