Vivimos en un
país y una región que presumen de ser democráticos y respetuosos con los
derechos humanos donde la (mala) educación recibida, al igual que la que
actualmente se imparte, y que tras las múltiples reformas
educativas de los partidos del régimen siguen priorizando la
religión por encima de la educación para la ciudadanía, la
filosofía, la música y otras disciplinas que enseñan a la gente
a pensar por sí mismas de forma crítica, son un caldo de cultivo para la
LGBTIfobia. Estamos hartas de las ratios, de la falta de profesoras, de que no
se ponga freno al bullying en las escuelas, y de compañeras nuestras se
suiciden al no poder soportarlo.
Hartas de no
poder ir de la mano con nuestras parejas, de no poder demostrar nuestra
afectividad en la calle, de que nos miren, nos insulten o incluso nos
agredan.
Estamos hasta
el coño, de acudir a la fiscalía para denunciar la campaña tranfoba de la
organización ultracatólica HazteOir y que el Fiscal mire para otro lado
mientras su autobús se pasea alegremente difundiendo odio.
Estamos hasta los ovarios de la
discriminación en el ámbito laboral. De que a las transmaribibollos se nos
condene a permanecer en el armario por miedo al mobbing y al maltrato de
quienes envidian nuestra libertad.
Enfurecidas nos
tiene la represión a nuestras hermanas de otros países donde son
encarceladas, golpeadas, sometidas a violaciones correctivas, vejadas, y
en algunos casos hasta condenadas a muerte por salirse de las normas y no
acatar los mandatos del sistema cisheteropatriarcal.
Y ¿qué
decir de las transmaribibollos atrapadas en nuestra frontera sur? ¿Qué
decir de esas tranasmaribibollos que llegan a nuestro Estado después de ser
perseguidas en sus países y se les deniega el asilo? ¿Qué decir de las transmaribibollos
que son rechazadas de la sanidad pública?
Rechazamos
la mercantilización de nuestros derechos, y el gaypitalismo para su
orgulllo comercial y sus grandes eventos neoliberales, clasistas y
terriblemente antiecológicos como el World Pride Madrid 2017.
La Marea
Arcoiris de La Rioja decimos NO a la LGBIfobfia, y lucharemos contra ella como
también lo hacemos contra el fascismo, el machsimo, el racismo, el
clasismo, el capacitismo y la xenofobia.
No tenemos
miedo. Se acabó el callarse, el qué dirán y el bullying a escala épica, local y
global contra la disidencia sexual y genérica. Vamos a responder, a
defendernos, cada una y entre todas. Porque si tocan a una nos tocan a
todas, y a mí no me tocan si no me da la gana.
Ninguna
agresión sin respuesta. Ni un paso atrás en nuestra dignidad. CONTRA LA DIVERSOFOBIA
Y SU VIOLENCIA, AHORA Y SIEMPRE ¡AUTODEFENSA! ¡NO
PASARÁN! TRANSMARIBIBOLLOS EN LUCHA
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