No han transcurrido ni dos meses desde que el Partido Popular
ganó las elecciones generales el pasado 20 de noviembre y ya tenemos
nuevas razones para salir a las calles. Se presenta una legislatura
“caliente”, porque las palabras del nuevo gobierno sólo han sido:
“recorte, ajuste y austeridad”, lo que se traduce en más precariedad,
LGTBfobia y exclusión.
Rajoy ha continuado lo que Zapatero empezó: el ajuste de cuentas
sobre las de abajo. Ya es hora de darle la vuelta a la tortilla y exigir
lo que es nuestro. Exigimos que retiren de una vez su recurso de
inconstitucionalidad contra el matrimonio igualitario. No nos hace falta
su aprobación, porque esa ley es nuestra. No pedimos a Rajoy que sea
maricón ni pedimos a Ana Mato que se haga bollera. Simplemente pedimos
lo que es nuestro y no suyo. Y si nos ponen obstáculos para que nuestras
decisiones políticas se hagan efectivas, nos volveremos a encontrar en
las calles con más energía, fuerza y ganas de luchar por una sociedad
donde no existan las amenazas del Partido Popular, de los mercados y de
Rouco Varela.
Se acercan reformas laborales que impedirán que las más jóvenes
tengamos un futuro estable. Y esto quiere decir que no podremos tener un
trabajo digno que nos ofrezca independencia económica y así poder
realizar nuestros proyectos de vida sin entornos familiares machistas y
homófobos. Y para más inri, nos quitan las ayudas al alquiler, nos
desahucian y nos impiden a acceder a una vivienda digna mientras hay
miles de viviendas vacías. En EEUU existe un gran porcentaje de personas
LGTB (al menos el 40% según Periodismo Humano) entre el total de
personas que se encuentran excluidas del derecho a la vivienda, es
decir, “sin-hogar”. Estos datos desmienten el mito de que somos personas
privilegiadas económicamente y muestran otra realidad sobre la
precariedad de nuestras vidas. El sistema nos hace que seamos
antisistema, que nos volvamos transmaribibolleras de izquierdas.
Nuestras plumas se ven recortadas cuando nos hacen pagar una crisis
que no hemos causado. Cuando nos dicen que no hay dinero para planes
contra el VIH/SIDA mientras se inyectan fortunas de dinero público a los
bancos y a la Iglesia, nos recuerdan a quién sirven los dos grandes
partidos y para quién se legisla. Desde ALEAS IU creemos que son señales
que nos recuerdan que nuestro lugar siguen siendo las calles y que
estamos en un momento donde debemos agarrarnos a la pancarta y gritar
bien fuerte que no queremos un futuro según sus reglas. Queremos un
futuro donde todas las vidas merezcan la pena ser vividas, un futuro sin
precariedad, sin suicidios por transfobia y sin muertes a causa del
VIH/SIDA.
No podemos seguir en un escenario donde nos empujan a elegir entre lo
mismo y lo mismo, donde se nos obligan a estar en el centro de las
disputas de dos partidos que no son tan diferentes en sus políticas. El
PSOE no reforma la ley electoral, y así abre paso a las mayorías
absolutas de la LGTBfobia del Partido Popular. Mientras el PP nos dice
que deben ser duros los ajustes para que la economía se recupere,
financia con 10.000 millones de euros al año a la Iglesia Católica y el
PSOE, por su parte, vota en contra de cualquier iniciativa que plantee
Izquierda Unida para acabar con los privilegios de las instituciones que
consideran que somos enfermas, que las mujeres deben someterse a sus
maridos y que el condón no sirve para prevenir el VIH.
En honor a las activistas que han dejado su piel en las calles para
que hoy podamos disfrutar lo poco que tenemos y que estamos a punto de
perder, debemos seguir en luchando en la calle con la cabeza bien alta y
dejando bien claro cuáles son nuestras demandas y necesidades sin
cortapisas, sin exigencias y sin coacciones frente a intereses
partidistas supeditados a poderes económicos antidemócraticos. Porque si
la democracia debe contener el derecho a la participación política, no
se puede permitir que exista una minoría privilegiada que mantenga su
situación gracias a explotarnos, oprimirnos y violentarnos. Porque
nuestro parlamento debe servirnos para que nuestras vidas merezcan la
pena ser vividas y no para favorecer a los insaciables y patriarcales
mercados.
Desde ALEAS IU creemos que es el momento de decirle a Rajoy que no le
será tan fácil callarnos, que no nos representan ni nos representarán
nunca. Es el momento de acabar con la dictadura de la patronal homófoba y
que las pancartas de la calle se transformen en leyes que transformen
nuestra sociedad. Es el momento de que las transmaribibolleras gritemos
que nosotras también somos clase obrera y migrantes que sufrimos el
paro, la precariedad y la violencia del mercado laboral, las leyes de
extranjería y las leyes que nos consideran “enfermas”. No daremos ni un
paso atrás, defenderemos nuestros derechos y responderemos con firmeza y
determinación a los recortes sociales.
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