Una vez más vemos cómo, desde el Estado español, una organización, esta vez del ámbito LGTB, ataca a Cuba y a su Revolución vertiendo diatribas de todo tipo con el apoyo de los dos partidos mayoritarios (PP y PSOE apoyan proporcionando ponentes) y CiU, medios de comunicación como El País o Libertad Digital y organismos oficiales de la Comunidad de Madrid (gobernada por un partido firme defensor de la diversidad sexual, como podemos observar en el recurso al Tribunal Constitucional de la ley de matrimonio de personas del mismo sexo), atacando de forma sistemática a una país soberano como es Cuba por mantener un sistema socio-económico incómodo y díscolo al sistema dominante.
Cuando hablan del machismo y la LGTBfobia en Cuba, olvidan, premeditadamente, situarla en un contexto histórico o de países vecinos, ya que no hablan de cómo son tratados esos temas en países tan cercanos como pueden ser Colombia o EEUU y Jamaica (que llegan a tener leyes contra las prácticas homosexuales) y cómo estos gobiernos trabajan en la erradicación de esas discriminaciones. Hablan de Cuba y solamente de Cuba en un contexto de ataque diario contra su Revolución. Pero nada ya nos sorprende de los "abanderados" de la libertad con sede en Miami y de los apoyos que desde el Estado español no dudan en ofrecerles las Nuevas Generaciones del PP y sus mayores o, en la misma estrategia, las mujeres de CiU y cómo estos partidos no buscan denunciar la supuesta violación de derechos humanos en Cuba, sino que buscan simplemente allanar el camino a los antiguos oligarcas cubanos para volver y destruir todo lo que la Revolución y el Pueblo de cuba han construido.
Es cierto que Cuba no fue una excepción en materia de homofobia al resto del mundo en los años '60, pero lo que sí obvian en estas agresiones es que, por ejemplo, las Unidades Militares de Ayuda a la Producción fueron eliminadas en el '67 (2 años después de su puesta en marcha) y que desde 1988 ya no existe ley alguna que castigue jurídicamente la manifestación de la homosexualidad. Afirmar que la LGTBfobia social ha desaparecido es faltar a la verdad, pero también lo es obviar los muchos avances que se han hecho desde Cuba. Muchos años llevan ya andando lo que en los primeros años y sucesivos de la Revolución no se anduvo, pero la Revolución llega inexorablemente, aunque pese a muchas y muchos de fuera de la isla, a todos los rincones de la sociedad cubana.
Ejemplos de esos avances son cómo el Parlamento cubano está estudiando una ley "de casamiento" entre personas del mismo sexo, existiendo también una "Estrategia Nacional de Atención a Personas Transexuales" que asegure los tratamientos de atención a la salud integral de las personas trans y que posibilite la regularización del cambio de identidad sin necesidad de operación alguna de reafirmación de sexo. Además, existe toda una estrategia para sensibilizar a la sociedad cubana y eliminar la LGTBfobia como novelas, películas, obras de teatro, telenovelas… (y no debemos olvidar que en Cuba, el teatro cuesta cinco pesos cubanos (25 centavos U.S.) y la entrada en los cines dos), siendo uno de los principales impulsores el CENESEX que hoy dirige Mariela Castro, hija de la líder revolucionaria Vilma Espín, que en su día participara en su fundación. Pero tapan también, no nos cabe duda que a propósito, acciones tan importantes en el contexto en el que se enmarca Cuba, como que el 23 de diciembre se realizara una boda entre 2 mujeres con el apoyo del ya mencionado CENESEX, siendo en su patio donde se realizó la ceremonia. Aún quedan pasos por dar, como por ejemplo mediante la creación de una o varias agrupaciones LGTB, aún inexistentes en Cuba, que den voz propia a la revolución en materia sexual.
Hablan de agresiones y de discriminación en Cuba, pero no hablan de las agresiones sufridas por personas LGTB en el Estado español, obvian los insultos a los que nos vemos sometidas diariamente, a las humillaciones por ir de la mano de una persona del mismo sexo, las trabas legales que sufren día tras días las personas trans para poder ejercer su propia autonomía corporal en la libre conformación de su identidad y al tener que ser declaradas como enfermas mediante el Certificado de Disforia de Género para poder acceder a tratamientos tan simples como las hormonas.
Sin embargo, debemos preguntarnos ¿cuánto progreso ha logrado en una variedad de frentes - alfabetización, educación, salud, alojamiento, medio ambiente y, por supuesto, en derechos LGTB - durante los últimos cuarenta años?, si somos capaces de contestar a esta pregunta de forma sincera, llegaremos a unas conclusiones muy diferentes a los que intentan colocar como verdad única sus detractores.
¡Contra las agresiones a un Pueblo díscolo a los intereses imperialistas! ¡
Con Cuba y su Revolución, un ejemplo para todos los pueblos!
¡Viva la Revolución cubana, que hoy más que nunca también es una Revolución Sexual!
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