El papa Benedicto XVI ha partido esta mañana desde Roma hacia Yaundé, capital de Camerún, la primera etapa de su primer viaje apostólico a África, que le llevará también a Angola. Poco después de que despegara el Boeing 777 de Alitalia, el Papa ha comparecido ante el medio centenar de periodistas que le acompañan y ha afirmado que el SIDA "no se puede superar con la distribución de preservativos, que, al contrario, aumentan los problemas".
Según Ratzinger, la "única vía eficaz para luchar contra la epidemia es una renovación espiritual y humana de la sexualidad", unida a un "comportamiento humano moral y correcto, destinada a "sufrir con los sufrientes".
Ratzinger ha recordado además que la Iglesia hace "muchas cosas" por los enfermos de SIDA en África, informa la agencia Ansa. En Camerún, Benedetto XVI encontrará a un grupo de enfermos, y afrontará con más detalles su posición sobre el SIDA y el resto de pandemias que asolan a África.
Preguntado por la división abierta en el seno de la Curia por la revocación de la excomunión de los lefebvrianos, el Papa ha definido su presunta soledad y su distancia de los cardenales y obispos como un "mito ridículo".
"No me siento solo de ninguna manera", ha dicho, "me dan ganas de reír cuando lo oigo. Estoy rodeado de amigos, y cada día veo a mis colaboradores, los jefes de los dicasterios y los obispos". Benedicto XVI ha señalado además que estos días han venido a verle al Vaticano sus "compañeros alemanes".
"Verdadero reformador"
A ese respecto, el subdirector de L'Osservatore Romano, Carlo Di Cicco, publica hoy un artículo en el que califica a Ratzinger como "un verdadero reformador" que en su carta a los obispos de todo el mundo se ha expuesto a denunciar que la hipocresía es dañina dentro de la Iglesia, ha reclamado personas leales y responsables, y ha pedido a sus obispos "que den un paso atrás y miren más allá de sus propios asuntos".
Esa "lectura realista" de Raztinger sobre el debate que vive la Iglesia, afirma Di Cicco, debe ser vista con una "óptica distinta de las actuales dinámicas de comunicación que tienden a exaltar el divo, el líder resolutivo, la marca de fábrica, el vencedor".
A juicio de Di Cicco, "pintar a un Papa perdido tras las notas de Mozart, enrocado en sus habitaciones y aislado del mundo, roza lo cómico". Si los críticos aceptan que Ratzinger tiene gran talla intelectual, añade, es necesario pensar que "un verdadero intelectual no está fuera del mundo. Piensa y propone un mundo mejor del presente. Y el Papa lo ha hecho hasta ahora magistralmente".
La tesis del artículo es que Ratzinger siempre ha deseado una Curia "adecuada a la reforma del concilio", y que ahora "pide una cosa simple y difícil", "un nuevo despegue de la Iglesia del concilio".
"Todos, conservadores y progresistas, centristas y extremistas dentro de la Iglesia católica, cristianos de otras iglesias y confesiones, son llamados a buscar puntos de confluencia y no de ruptura, porque la tarea de anunciar el Evangelio es más urgente que cualquier otra cuestión", concluye Di Cicco.
El primer viaje del Papa Ratzinger, de 81 años, a África, supone el decimoprimero de sus cuatro años de pontificado.
Ratzinger ha recordado además que la Iglesia hace "muchas cosas" por los enfermos de SIDA en África, informa la agencia Ansa. En Camerún, Benedetto XVI encontrará a un grupo de enfermos, y afrontará con más detalles su posición sobre el SIDA y el resto de pandemias que asolan a África.
Preguntado por la división abierta en el seno de la Curia por la revocación de la excomunión de los lefebvrianos, el Papa ha definido su presunta soledad y su distancia de los cardenales y obispos como un "mito ridículo".
"No me siento solo de ninguna manera", ha dicho, "me dan ganas de reír cuando lo oigo. Estoy rodeado de amigos, y cada día veo a mis colaboradores, los jefes de los dicasterios y los obispos". Benedicto XVI ha señalado además que estos días han venido a verle al Vaticano sus "compañeros alemanes".
"Verdadero reformador"
A ese respecto, el subdirector de L'Osservatore Romano, Carlo Di Cicco, publica hoy un artículo en el que califica a Ratzinger como "un verdadero reformador" que en su carta a los obispos de todo el mundo se ha expuesto a denunciar que la hipocresía es dañina dentro de la Iglesia, ha reclamado personas leales y responsables, y ha pedido a sus obispos "que den un paso atrás y miren más allá de sus propios asuntos".
Esa "lectura realista" de Raztinger sobre el debate que vive la Iglesia, afirma Di Cicco, debe ser vista con una "óptica distinta de las actuales dinámicas de comunicación que tienden a exaltar el divo, el líder resolutivo, la marca de fábrica, el vencedor".
A juicio de Di Cicco, "pintar a un Papa perdido tras las notas de Mozart, enrocado en sus habitaciones y aislado del mundo, roza lo cómico". Si los críticos aceptan que Ratzinger tiene gran talla intelectual, añade, es necesario pensar que "un verdadero intelectual no está fuera del mundo. Piensa y propone un mundo mejor del presente. Y el Papa lo ha hecho hasta ahora magistralmente".
La tesis del artículo es que Ratzinger siempre ha deseado una Curia "adecuada a la reforma del concilio", y que ahora "pide una cosa simple y difícil", "un nuevo despegue de la Iglesia del concilio".
"Todos, conservadores y progresistas, centristas y extremistas dentro de la Iglesia católica, cristianos de otras iglesias y confesiones, son llamados a buscar puntos de confluencia y no de ruptura, porque la tarea de anunciar el Evangelio es más urgente que cualquier otra cuestión", concluye Di Cicco.
El primer viaje del Papa Ratzinger, de 81 años, a África, supone el decimoprimero de sus cuatro años de pontificado.
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